Casi a medianoche
entre el silencio deseado por los espíritus
escuché un DO sostenido
como quien tira la rabia de sus dedos al abismo.
Y la cuerda enmudeció mi cordura
enfrió mi cuerpo
pues nadie, siquiera el viento
se había acercado a tocar la guitarra.
(Basado en un hecho de mi vida... ¿real?)
3 comentarios:
Te creo, esas cosas suelen suceder...Buen post...como siempre. Saludos.
.. muy original y creativo..
.. besos a la escribidora.. jeje..
Kafda, que no crezcan las malezas...
Sarco
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