Difílmente se logra decir algo que no choque la sensibilidad de algún ser humano de aquí o de allá
o de más allá... nunca se sabe.
Es el peligro permanente del existir. Quien no expresa no existe.
La psique, en particular, reacciona abruptamente a un sinnúmero de estímulos
y sus reacciones son tan ilimitadas como la variabilidad genética.
Entonces, si éste u otro establishment pretende censurar oficialmente una obra, sea ésta literaria o audio-visual, por contener una palabra "chocante" al público.
Y este público acepta sin titubear esta protección al choque,
y ni se pregunta el por qué de su indignación
Yo invito entonces a ese público a que cierre las puertas de su casa, al igual que sus ventanas
y todas las entradas de luz
que se acuesten en el piso
no valla a ser que la blandura del colchón también los choque
que cierren los ojos, que borren todos sus pensamientos
y que dejen de existir.
(Campaña pro penalización del colchón, ese montruoso invento cultural que todas las noches nos colma de recuerdos... y de ácaros.)
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