lunes, 2 de febrero de 2009

Barraza en mi recuerdo II

Mi primer poema me lo trajo el viento. Mi primer poeta, la muerte.

Las olas susurrantes formaban palabras. Y yo, de manitas frágiles y nariz moquillosa, sólo buscaba atraparlas en el aire. Aspirarlas, hacerlas mías como la vida misma que recién ostentaba.

No quise más que la inmensidad de ese horizonte negro, el mismo que me calma y me arrulla ahora en otra dimensión, inacabable, en el todopoderoso mundo de los sueños.

Mamá me tomó con fuerza esa noche. Sin miedo pero instintiva, olió a tiempo mis ganas de escapar de mis cinco años. Poco a poco enmudecen en mis oídos las piedras del muro donde revienta el mar en la playita, las mismas que hoy se desvanecen como los niños, como las barcas, como los recuerdos.

- Ven, vamos a leer a los poetas -

Pero sólo veo unos montículos blancos con unas plaquitas, extendidos como tumbas a lo largo de la avenida.

- Y los poetas, ¿dónde están? -

- Muertos -

No dije más. ¿Y qué decir?

Preferí seguir contemplando el oscuro absorbente de la noche y esmerarme en recordar la melodía del canto marino. De pronto respiré. Respiré todo lo que pude. Era evidente. No quería irme sin nada. Quise robar, robar sin demora la muerte de los poetas.

¿Qué puede ser un poeta a tus cinco años? No me preguntén qué pasó, pero en ese 'instante privilegiado' comprendí que un poeta es alguien que muere para enseñarte a vivir.

Como tantas noches en Barraza, volví en brazos al quinto piso de El Paco y a sus tristes muros de gris metal. Pero no lo hice sola. Un fantasma solitario se escapó conmigo en la soledad de la Avenida de los Poetas... muertos.

Desde entonces respiro su aliento, aunque ya no estén las plaquitas.

5 comentarios:

Lascivia dijo...

Por favor!! Cómo escribís. Se me pone la piel de gallina. Hermosa historia. Me gusta tu blog, Te sigo. Besos lascivos.

TrasTera dijo...

Buen relato Kafda, recuerdos que lejos de borrarse, se refuerzan con el tiempo.

Un abrazo fuerte fuerte y gracias por tu comentario en mi post sobre los Mossos.

Besicos!

Lascivia dijo...

Yo otra vez. Tenia que volver a leerlo. Me encanta.

Sarco Lange dijo...

Los poetas por el puro hecho de hablar con la boca enferma es que se encuentran "como muertos". Estar muertos es una bendición para ellos, pero cuando realmente la muerte les roza el cuerpo, tiritan de pavor.

Abrazos ciertos
SL

Kafda Vergara dijo...

Gracias amigas y amigos del globo. En momentos en los que dudo sobre el valor absoluto de estar viva o muerta, sus palabras brindan, tanto raíces para no abandonar el origen, como alas para desafiar al sol y seguir volando.

En momentos en que la fatiga empieza a hacer sus efectos, me viene a la cabeza un poema de mi amigo poetandariego que dice algo así como que 'el que no escribe poesía no tiene problemas, las lee para mantenerse vivo, mientras que el poeta escribe para no morir'...

Algo así.

Pronto seguiré escribiendo. Y gracias por sus visitas.