domingo, 11 de enero de 2009

Meditación necesaria

El suave viento de enero
susurra a mi oído
que pronto llegarás.

La luna menguante
bailotea con las nubes
recordándome esta espera
que desespera.

Porque la vida no para.

Sólo la tristeza del domingo
me dice que nunca llegarás
porque has estado aquí
siempre.

2 comentarios:

Antonio Urdiales dijo...

Siempre hay algo que anhelamos o amamos y ese mismo anhelo o amor hace que habite dentro de nosotros.

Bellos versos en este excelente poema.

Un abrazo.

Antonio

Kafda Vergara dijo...

Gracias Toñito, me da placer saber de tus visitas. Tengo problemas para colgar comentarios en tu página. No sé por qué.